Porsche 907LH - 1968

A mediados de los años 60, antes de entrar en la categoría de 3 litros con el 908 y aspirar a la victoria absoluta en el Campeonato Mundial de Sport-Prototipos, Porsche perfeccionó sus modelos, lo que le garantizó la hegemonía en la categoría de «hasta 2 litros». En 1967, paralelamente al lanzamiento del 910 de 8 cilindros, la marca alemana desarrolló una versión con una aerodinámica optimizada para pruebas como las 24 Horas de Le Mans, se trataba del 907, al que se dotó de una carrocería de cola larga conocida como L o LH. Poco después llegó la variante K de cola corta, que se utilizó con más frecuencia. La ‘cola larga’ se utilizó hasta 1968, año en que consiguió una victoria histórica en las 24 Horas de Daytona.

El 907LH debutó en el circuito de Le Mans durante las pruebas oficiales de abril de 1967, con dos prototipos pilotados por Gerhard Mitter, Herbert Linge y Huschke von Hanstein. Los coches consiguieron el 20º y el 28º mejor tiempo, revelando cierta falta de estabilidad a alta velocidad. Los coches que participaron en la carrera dos meses más tarde se beneficiaron de modificaciones, incluyendo un alerón y dos aletas montadas en la parte trasera. Uno de los dos 907, pilotado por Mitter y Jochen Rindt, se retiró tras poco más de 100 vueltas debido a un problema con uno de los árboles de levas. El otro, pilotado por Jo Siffert y Hans Herrmann, terminó 5º en la clasificación general y 1º en la categoría de Prototipos de menos de 2 litros, ganando también la clasificación del índice de rendimiento y terminando 2º en la clasificación de eficiencia de combustible, lo que confirmó su equilibrio entre potencia, masa total y aerodinámica.

En julio de 1967, Porsche sustituyó el motor 901 de seis cilindros por el motor de ocho cilindros tipo 771 de 2,2 litros, ya perfeccionado y con una fiabilidad suficiente para afrontar las carreras de larga duración. Fue inaugurado por Hans Herrmann y Jochen Neerpasch, que obtuvieron 4º puesto en las 6 Horas de Brands Hatch y el 12º en la clasificación. En febrero de 1968, el equipo oficial, rebautizado como Porsche Works Team, participó en las 24 Horas de Daytona con cuatro nuevos coches que llevaban los números 51 a 54. El coche clasificado en Le Mans el año anterior se confió a la escudería suiza Tartaruga con el número 55.  Para los coches oficiales, la carrera fue emocionante: en la parrilla de salida, el cuarteto se situó entre la 3 y la 6 posición. No obstante, el transcurso de la carrera fue algo diferente: un coche se retiró debido a un accidente, el #53 de Gerhard Mitter y Rolf Stommelen, mientras que los demás se apoderaron el podio. Stommelen consiguió sumarse al equipo del coche ganador, el #54, con Vic Elford y Jochen Neerpasch. De hecho, en este 907 también alternaron durante unas vueltas Jo Siffert y Hans Herrmann, «titulares» del nº 52, que terminó 2º, mientras que el 3º puesto fue para el nº 51 de Jo Schlesser y Joe Buzzetta. Después de Daytona, los 907 obtuvieron el 2º puesto en los 1000 km de Monza con Stommelen y Neerpasch, y luego el 2º puesto y la victoria en la categoría «hasta 3 litros» en Le Mans gracias a los buenos esfuerzos de la escudería Tartaruga.

[PORSCHE CONSIGUIÓ SU PRIMERA VICTORIA EN LAS 24 HORAS DE DAYTONA].

El palmarés del 907 es aún más rico si tenemos en cuenta las victorias obtenidas por la versión de «cola corta» (como en las 12 Horas de Sebring y la Targa Florio, también en 1968), que siguió compitiendo hasta principios de los años 70.

Entre los pilotos que contribuyeron al éxito del Porsche 907LH en las 24 Horas de Daytona de 1968, los verdaderos « titulares » eran sólo dos: el inglés Vic Elford y el alemán Jochen Neerpasch. Elford era el más famoso, y ese año disfrutó de una temporada mágica, ganando el Rally de Montecarlo en un Porsche 911, la Targa Florio con Umberto Maglioli (en un Porsche 907) y los 1.000 km de Nürburgring.

Al final de su carrera, también anotó dos victorias de clase en Le Mans: en 1967 con un Porsche 906 y en 1973 con un Ferrari Daytona. Para Jochen Neerpasch, nacido en 1939, Daytona 1968 representó su mayor y prácticamente única victoria, aunque se complementó durante las temporadas 1967-68 con otra serie de buenos resultados, incluidos dos segundos puestos de clase consecutivos en Le Mans (el de 1968 coincidió con un tercer puesto en la general), dos segundos puestos en la Targa Florio y, de nuevo en 1968, un segundo puesto en las 12 Horas de Sebring.